El Templo de Luxor es uno de los templos más visitados de todo Egipto, junto con el Templo de Karnak, y uno de los imprescindibles en Luxor. Por ello, en este post te vamos a contar cómo visitar el Templo de Luxor para que no pierdas ningún detalle de la zona arqueológica.
Te recomendamos leerlo hasta el final y tenerlo a mano en tu visita, aunque vayas en una visita guiada. Siempre viene bien tener conocimiento de lo que se está viendo, para poder imaginarte cómo era antiguamente.
Para ayudar en la planificación de la visita de Luxor tenemos un post en el que te contamos qué ver en Luxor en 2 y 3 días.
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Un poco de historia…
En el año 1881, el arqueólogo Gastoon Maspero descubrió el increíble Templo de Luxor bajo la arena.
El Templo de Luxor se terminó durante el reinado de Amenhotep III (1390-1352 a. C., XVIII dinastía), aunque faraones posteriores como Ramsés II (1279-1213 a. C.), Tutankhamon, Alejandro Magno u otros emperadores romanos aportaron nuevos elementos.
Para su construcción, Amenhotep III utilizo un antiguo santuario edificado por la reina Hatshepsut y Tutmosis III cien años antes.
El Templo de Luxor se levantó en honor a los tres dioses tebanos: Amón, Mut y Khonsu; y recibió el nombre de “harén sagrado del sur”.
Durante la ocupación romana, se construyó un fuerte militar alrededor del templo, que fue conocido por los árabes como Al Uqsur (“las fortificaciones”), que luego dio el nombre a la ciudad de Luxor.
En el siglo XIV, se construyó una mezquita en el primer patio interior del templo.
– Fiesta de Opet
La función principal del templo era la de recibir las tres barcas sagradas que cargaban estatuas de los dioses desde el Templo de Karnak, a través de la avenida de esfinges, durante la fiesta anual de Opet.
Durante esta festividad de jubileo real, se celebra el renacimiento deífico del faraón para reafirmarle en el poder. Para la ocasión, Amón se encontraba con la reina, que era informada por el dios Toth de su futura maternidad. Entonces, Amón ordenaba a Khnum, el dios alfarero, que moldeara el niño en gestación, junto a su ka o esencia celestial. La reina, con ayuda de las diosas, daba a luz a un hijo, que recibía las promesas de larga vida y era coronado como faraón.
Así, los faraones lograban que su figura quedara regenerada y reafirmada por un año más.
Datos básicos
Zona arqueológica
Web oficial
Precio: 180 EGP (90 EGP estudiantes)
Horario: 06:00-20:00
Cuánto tiempo: 1h-1h30min
Las estatuas de Ramsés II y los relieves de la Batalla de Qadesh en el primer pilono, Columnata de Amenhotep III y las demás estatuas de Ramsés II
Mucha gente.
Cómo llegar al Templo de Luxor
– Por libre
La mejor manera de llegar al Templo de Luxor es andando desde donde tengas el alojamiento, ya que los alojamientos más populares de Luxor están por esa zona.
Nosotros nos alojamos en el Nefertiti Hotel que está justo enfrente del Templo de Luxor, teniendo unas vistas increíbles desde su terraza.
– Tour organizado desde Luxor
Es una opción muy cómoda si estás en Luxor y no quieres regatear con los taxistas. Además, incluyen visitas guiadas en español. Las mejores excursiones para visitar el Templo de Luxor son:
– Crucero por el Nilo
Visitar el Templo de Luxor como parte del itinerario de un crucero por el Nilo es la opción que elige la gran mayoría de turistas (nosotros incluidos). Incluye visita guiada en español para entender mejor todo.
Nosotros en vez de acabar en Aswan, decidimos comenzar el crucero desde ahí, que dura una noche menos.
El primero es el crucero que contratamos con Civitatis:
Plano del Templo de Luxor
Aunque no es tan grande como el de Karnak, hay mucho que ver en el Templo de Luxor:
Así es como se vería antiguamente la entrada del Templo de Luxor:
Imprescindibles en el Templo de Luxor
Te dejamos los que son para nosotros los imprescindibles:
- Primer pilono con los dos colosos de Ramsés II y relieves de la Batalla de Qadesh
- Estatuas de Ramsés II de granito frente al segundo pilono
- Columnata de Amenhotep III y el relieve de Tutankhamon
- Patio de Amenhotep III
Cómo visitar el Templo de Luxor
Las taquillas, donde se compra la entrada del templo, están cerca de la calle Maabad Al Karnak. Como siempre, recomendamos visitar el Templo de Luxor pronto por la mañana antes de que lleguen los grupos turísticos. En este caso, también recomendamos volver a la noche para verlo iluminado.
– Entrada y primer pilono
Desde las taquillas, hay que avanzar por una gran explanada cuadrada abierta, en la que a la derecha está la famosa avenida de las esfinges que llega hasta los Templos de Karnak, mientras que a la izquierda está el Templo de Luxor. Al frente te encuentras también con los restos de la Capilla de Serapis.
Lo primero que ves del templo es la fachada del primer pilono de 24 metros de altura por 65 metros de ancho, que fue levantado por Ramsés II. En él se pueden ver relieves de escenas del Poema de Pentaur, que relata su victoria sobre los hititas en la Batalla de Qadesh.
Originalmente, el pilono estaba flanqueado por 6 estatuas de Ramsés II de 14 metros de alto, 4 sentados y 2 de pie.
Otro monumento que llama la atención es el obelisco de granito rosa. Sólo hay uno, porque el otro obelisco que falta es el que está en la Place de la Concorde en París (1836).
LA BATALLA DE QADESH En el primer pilono del Templo de Luxor merece la pena pararse frente a la torre de la derecha donde se muestra el episodio de la Batalla de Qadesh, el primer combate documentado de la historia. El enfrentamiento tuvo lugar a orillas del río Orontes, en Siria, y se produjo en el quinto año de reinado de Ramsés II. En él se enfrentaron los hititias, bajo el mando del rey Muwattali, y el faraón egipcio al frente de cuatro divisiones dirigidas bajo la protección de los grandes dioses del país: Amón, Ra, Ptah y Seth. La escena que se representa en el primer pilono recoge el momento en el que dos militares hititas son capturados y torturados para obtener información. Sin embargo, todo era una trampa de los hititas que dejaron ser capturados para dar información falsa a los egipcios. Entonces, Ramsés II pensando que los hititas se encontraban a 200 kilómetros al norte, avanzó en solitario sin esperar al resto de divisiones. Cuando fue consciente del peligro, reconoció la emboscada y ordenó ir en busca de las otras divisiones del ejército. Gracias al tiempo que perdieron los hititas en saquear en vez de combatir, el ejército del faraón llegó a tiempo. Los egipcios se enfrentaron a 2.500 carros de combate hititas. Tras el duro enfrentamiento, el rey hitita tuvo que retroceder y ofreció la paz al faraón, quien aceptó. La tablilla de este tratado se puede ver en el Museo Arqueológico de Estambul. Al no haber un ganador como tal, ambos gobernantes se proclamaron vencedores. A su vuelta en Egipto, Ramsés II ordenó inmortalizar su éxito en varios monumentos del país.
– Gran Patio de Ramsés II
Cruzando el primer pilono se llega al Gran Patio de Ramsés II, que está rodeado por dos filas de columnas con capiteles lotiformes (planta de loto). En las columnas hay relieves con escenas de Ramsés II haciendo ofrendas a los dioses.
En la pared sur del patio hay una lista de los 17 hijos de Ramsés II con sus nombres y títulos. En la esquina noroeste destaca el triple santuario de las barcas construido por Hatshepsut en honor a los dioses Amón, Mut y Khonsu, que forman la tríada tebana.
Ocupando gran parte del patio, en el lado sureste está la Mezquita de Abu el-Haggag, que fue construida en el siglo XIV. La entrada a esta mezquita está en el exterior del templo, en Sharia Maabad Al Karnak, y todavía está en funcionamiento.
Frente al segundo pilono hay dos estatuas de Ramsés II de granito. El faraón se muestra sentado con los brazos extendidos y las manos reposando sobre las rodillas, también lleva puesta la doble corona de Egipto, la serpiente uraeus y la barba ceremonial. Debajo del faraón se puede ver una estatua pequeña de la reina Nefertari.
– Columnata de Amenhotep III
Cruzando el segundo pilono se llega a Columnata de Amenhotep III, que está compuesta por 14 columnas papiriformes con capiteles abiertos y fuste liso.
Destaca la decoración de las columnas con detalles de la fiesta anual de Opet.
Las paredes detrás de las columnas fueron decoradas durante el reinado de Tutankhamon, que celebran el regreso a los dioses tebanos, tras el monoteísmo impuesto por su padre Akhenaton.
– Patio de Amenhotep III
Cruzando el tercer pilono está el Patio del Sol de Amenhotep III, que está rodeado por 74 columnas papiriformes con capiteles cerrados e intercaladas con estatuas del faraón en la parte sur, que están repartidas en dos hileras.
Las estatuas pequeñas portan el tocado nemes y fueron esculpidas durante el reinado de Ramsés II, mientras que el resto fueron traídas del recinto de Amenhotep III y colocadas en su emplazamiento actual tras modificarles las inscripciones.
En este patio se presentaba Amenhotep III ante sus súbditos tras haber realizado con éxito los ritos de su deificación.
Las columnas mejor conservadas son las de los lados este y oeste. Durante las excavaciones se encontraron 26 estatuas que habían sido enterradas por sacerdotes durante la ocupación romana, que ahora se exhiben en el Museo de Luxor.
– Sala Hipóstila y Santuario
Desde el Patio de Amenhotep III se llega a la Sala Hipóstila, que cuenta con 4 hileras de 8 columnas en cada una, y que era la primera sala del Templo Opet original.
Cruzando las columnas se llega hasta el Santuario de Amón, que tiene a un lado la Capilla de Mut y, al otro, la Capilla de Khonsu.
La siguiente estancia es la antecámara que cuenta con 4 columnas y que es donde se hacían las ofrendas a Amón.
Cruzando la antecámara se llega al Santuario de la Barca Sagrada, que fue reconstruido por Alejandro Magno, quien puso relieves que lo representan como un faraón egipcio.
Por la izquierda se llega a la Sala de los Nacimientos, que Amenhotep II utilizó para dejar constancia de su origen divino y su descendencia directa del dios Amón.
En los relieves de esta sala se puede ver el momento de su concepción, el embarazo y el nacimiento.
En la parte más al norte del Templo de Luxor está el Santuario de Amenhotep III, que todavía conserva los restos de la base de piedra de la estatua de Amón, y que era la parte más sagrada del templo.
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